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¿Cuál es la diferencia de actitud y aptitud? Explicación y ejemplos

Aunque son palabras muy utilizadas, especialmente en contextos laborales, pocos saben definirlas, incluso, a pesar de que estas pueden ser la diferencia entre conseguir o no un trabajo

Concepto de habilidades blandas, la responsabilidad y otros aspectos que pueden ser claves en ambientes laborales (Getty Images)

Concepto de habilidades blandas, la responsabilidad y otros aspectos que pueden ser claves en ambientes laborales (Getty Images) / Atomic62 Studio

Si bien estas palabras suenan muy parecido, actitud y aptitud son dos conceptos que tienen significados diferentes que pocos saben identificar, pero que pueden ser determinantes en escenarios específicos del desarrollo personal, como en una entrevista de trabajo o en una hoja de vida. Por esta razón, en la siguiente nota presentaremos sus definiciones y la importancia de reconocerlos.

¿Cuál es la diferencia de actitud y aptitud?

Para entender las diferencias entre estos dos conceptos, se puede comenzar por revisar los significados de cada palabra. Por un lado, la actitud la define la Real Academia Española como una disposición de ánimo manifestada de algún modo. Se trataría de una disposición o conducta que se tiene frente a una persona, un objeto o una acción.

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Ifeel, una empresa que se dedica a hacer acompañamiento en salud mental a empresas, explica que la actitud, se trata de un concepto que se ha estudiado desde la psicología social y se analiza laboralmente desde características como:

  • El temperamento: la disposición que tenga un empleado para hacer las cosas, el tono y la calidad de energía que tenga frente a sus tareas.
  • Ánimo: se observa si es enérgico, alegre, desesperado, confiado, despierto o aburrido y silencioso.
  • Mecanismo de respuesta a las adversidades: se trata de la forma en que se gestionan las tareas y las relacionas, sea con optimismo, con empuje, confianza, cooperación calma, templanza o más bien con ganas de huir, con derrota y bloqueo.
  • Carisma: haciendo referencia a las características que lo pueden llevar a destacar o liderar.

Por otro lado, la Academia define a aptitud como la capacidad que tiene una persona de realizar de forma competente una determinada actividad. Esta palabra se podría asociar fácilmente con habilidad, facultad, capacidad o potencial de hacer algo.

En este caso, según el portal especializado de acompañamiento en salud mental, los puntos sobre los que se suele evaluar este concepto es a través de:

  • Talento: son todas aquellas virtudes específicas que diferencia a una persona del resto y que lo pueden hacer destacar.
  • Habilidades: aquí entran las habilidades duras y blandas, que permiten que una persona puede desempeñar de la mejor manera un puesto determinado.
  • Capacidades: se centra más en la forma y agilidad que tiene una persona en realizar determinado deber en un momento determinado de su carrera profesional.

Esto quiere decir que, mientras la actitud es una postura que se toma cuando una persona se enfrenta a algo, la aptitud es la idoneidad que tiene esa persona para realizar una cierta tarea o actividad determinada.

¿Cuál es más importante?

Una inseguridad común de una persona que quiere postularse a un trabajo se relaciona con qué tan apto realmente está para el puesto al que aspira. Sin embargo, muchos reclutadores y expertos han señalado que la actitud en estos casos puede jugar un papel incluso más significativo que la aptitud.

De acuerdo con Entrepreneur Media, el 80% del éxito de una persona depende más del Cociente de Empatía (EQ), que se relaciona más con la actitud, que del Cociente intelectual (IQ), que tiene que ver con la aptitud, y que solo representa el 20%. Entre las razones por las que esto sucede están:

  1. Es más fácil entrenar una aptitud que una actitud: una persona motivada puede lograr conseguir las habilidades que necesita para un trabajo, pues se lo propone y están muy abiertos a adaptarse a lo que venga. Esto lo puede volver una ficha más atractiva en un equipo.
  2. Las actitudes pueden afectar los desempeños generales: una actitud equivocada, puede chocar y dañar un ambiente laboral, lo que afecta el desarrollo y la efectividad del trabajo de todo un grupo de personas
  3. Una buena actitud puede superar cualquier barrera: se relaciona con la idea de que la aptitud se puede construir, pero para ello es necesario tener la voluntad y actitud para aprender y crecer.

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